Composición belenista
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La composición en el belén: Mucho más que colocar figuras
Seguro que alguna vez te has preguntado por qué ciertas escenas de un belén parecen vivas, ordenadas y armoniosas, mientras que otras resultan rígidas o confusas. El secreto no está en las figuras ni en su calidad, sino en algo menos visible pero más determinante: la composición.
Componer no es colocar figuras al azar, ni llenar espacios vacíos. Es establecer una relación consciente entre cada elemento, buscando equilibrio, expresividad y claridad visual. Piensa en la composición como el guion silencioso que guía la mirada del espectador por la escena y le hace sentir que cada figura está exactamente donde debe estar.
¿Qué significa exactamente “composición”?
La palabra composición proviene del latín compositio, que a su vez deriva del verbo componere: “poner junto” o “colocar en orden”. Desde su origen, ya expresa una idea clara: unir distintas partes para formar un todo con sentido.
Veamos cómo definen oficialmente este término los principales diccionarios de los seis idiomas usados en esta web:
Ordenado alfabéticamente por la inicial del idioma
- Català (DIEC): Acció de compondre o maneres de compondre’s. També, disposició de figures, colors o altres elements en una obra. [1]
- Deutsch (Duden): Das kunstvolle Anordnen von Elementen zu einem sinnvollen Ganzen; Gestaltung oder Wortzusammensetzung. [2]
- English (Merriam-Webster / Collins): The act or process of composing; the arrangement of elements to form a unified whole, especially in art. [3][4]
- Español (RAE): Acción y efecto de componer. Obra científica, literaria o musical. También, disposición de elementos en una obra. [5][6]
- Français (Larousse): Action de composer; réunion ordonnée d’éléments pour former un tout. [7]
- Italiano (Treccani): Operazione del comporre; mettere insieme elementi diversi per formare un insieme organico. [8]
En resumen: En todos los idiomas, la palabra composición quiere decir lo mismo: juntar cosas distintas y colocarlas de forma ordenada para que formen un todo con sentido.
No se trata solo de poner elementos juntos, sino de hacerlo con intención, equilibrio y armonía. Ya sea una canción, una escena del belén o una palabra nueva, componer siempre es crear algo completo a partir de partes sueltas.
La composición más allá del arte
Cuando escuchamos la palabra “composición”, pensamos en pintura o escultura. Pero lo cierto es que esta herramienta visual se utiliza en muchísimas profesiones. Siempre que hay que organizar elementos para comunicar algo con claridad o emoción, hay composición.
Profesión u oficio | ¿Cómo aplica la composición? |
---|---|
Pintores y escultores | Distribuyen formas, luces y espacios para guiar la mirada y transmitir una emoción. |
Fotógrafos | Encuadran sujetos aplicando reglas como la del tercio, el punto de fuga o el equilibrio tonal. |
Diseñadores gráficos | Ordenan texto, imágenes y colores en carteles, libros o páginas web para lograr impacto y legibilidad. |
Arquitectos | Organizan volúmenes, ritmos y vacíos para construir espacios armónicos y funcionales. |
Directores de cine o teatro | Distribuyen actores, objetos y luces en el espacio escénico o fílmico para narrar con fuerza visual. |
Compositores musicales | Ordenan sonidos, silencios y ritmos: componen en el tiempo como el escultor en el espacio. |
Escritores y oradores | Estructuran ideas, frases o capítulos para mantener el ritmo, el interés y la claridad del mensaje. |
Belenistas | Colocan figuras, luces y paisajes con intención narrativa y estética, aunque no siempre lo llamen “composición”. |
Como ves, componer no es solo cosa de artistas de museo. Cada vez que organizas elementos para que transmitan algo con más claridad o belleza en tu pesebre, estás componiendo. Y aunque muchos lo hagan por pura intuición, conocer la composición transforma un simple conjunto de piezas en una escena con alma.
Comprender una escena bien compuesta no es automático: depende de dos factores clave. Que tú sepas expresarlo... y que el otro sepa mirar.
Saber expresarlo: el papel del autor
Componer no es simplemente colocar figuras con buen gusto: es crear una obra. Y como toda obra, lleva tu visión, tu estilo, tu sensibilidad, tu forma de ver el mundo. Lo que eliges mostrar —y también lo que decides callar— forma parte de esa expresión personal.
No estás buscando que todos piensen igual, ni que vean exactamente lo mismo. Pero sí estás ofreciendo un relato visual que nace de una intención concreta. Eso es crear: tomar decisiones, asumir una mirada, proponer una forma de entender lo representado. Y solo quien se expone con honestidad puede dar vida a una obra con alma.
El espectador podrá interpretarla, emocionarse, incluso identificarse. Pero nunca será el autor de tu obra. Solo participa si tú lo invitas, si la escena está pensada para abrirse a distintas lecturas o experiencias. De lo contrario, lo que el espectador puede hacer es mirar, entender, o simplemente dejarse tocar por lo que tú has creado.
Componer es crear. Y crear es tomar posición. Por eso no hay obra sin autoría, ni escena con sentido sin una mirada detrás.
Podríamos reflexionar, por ejemplo, a partir de tres formas distintas de entender la composición:
- Desde lo visual: la composición guía la mirada. No impone, pero da estructura para que el espectador no se pierda.
- Desde lo simbólico: la composición organiza el significado. El autor estructura un relato legible con intención.
- Desde lo sensible: la composición despierta una experiencia. No dirige la mente, sino que abre un espacio para resonar con lo creado.
El belén habla de ti, incluso cuando representas una historia conocida por todos. Lo que tú muestras en tu pesebre eres tú y tu obra. Y si lo realizáis en familia, con amigos o con compañeros de trabajo, es vuestra obra compartida: un reflejo colectivo que también os representa artísticamente.
¿Qué significa “saber mirar” una escena?
Decimos que el espectador debe “saber mirar” para entender lo que el autor ha querido transmitir. Pero, ¿qué quiere decir exactamente eso? ¿Qué se necesita saber?
Podríamos resumirlo en tres tipos de saberes que se cruzan y se apoyan entre sí:
Tipo de saber | ¿En qué consiste? | Ejemplo aplicado al belén |
---|---|---|
Saber visual | Reconocer cómo se organiza la escena: foco, ritmo, equilibrio, direcciones, contrastes… | Identificar que la Sagrada Familia es el centro porque todo converge visualmente hacia ella. |
Saber narrativo-iconográfico | Conocer la historia representada, los personajes, los símbolos. | Entender que ese niño es Jesús, que ese ángel anuncia algo, que los Magos vienen de Oriente. |
Saber cultural o contextual | Tener referencias históricas, artísticas o bíblicas que den profundidad a lo que se ve. | Saber que este belén representa una escena popular local, y reconocer cuándo ciertos elementos (como figuras orientalistas) pueden romper la coherencia de estilo o época. |
Cuando uno de estos saberes falta, la comprensión se debilita. Y cuando los tres se activan, la escena cobra sentido y emoción.
Así que componer bien no es imponer una mirada: es facilitar que esa mirada ocurra con plenitud.
¿Qué aporta una buena composición a tu belén?
- Claridad visual: Facilita la lectura rápida de lo que sucede en tu escena, permitiendo que el espectador la entienda sin esfuerzo.
- Profundidad emocional: Genera sentimientos, atmósferas y ritmos internos que hacen que las figuras cobren vida más allá de su materialidad.
- Coherencia narrativa: Crea un relato visual claro, evitando dispersión y fortaleciendo el mensaje o la intención artística que quieres expresar.
¿Y si tú también estás componiendo… sin saberlo?
Vamos a razonarlo paso a paso:
- 1. Todo acto de colocar implica elecciones visuales.
Aunque no se conozcan reglas formales, el ojo humano tiende a buscar equilibrio, evitar choques incómodos y resaltar lo importante. Esa “intuición” viene de nuestra experiencia cotidiana: simetrías naturales, agrupaciones visuales, jerarquías de tamaños y colores, influencias de estilos autóctonos o sociales, etc. - 2. La intención distingue composición de mero azar.
Si colocas los elementos “como caigan” y no miras el resultado, no estás componiendo. Pero si los ajustas porque “así queda mejor”, ya estás tomando decisiones visuales. Eso, aunque no lo llames así, ya es composición intuitiva. - 3. Las leyes académicas formalizan lo que la intuición ya practicaba.
Regla de tercios, ritmo, centro de interés… son solo nombres tardíos para patrones que el cerebro humano reconoce desde siempre. Estudiarlos no crea la capacidad desde cero, pero sí la mejora y la afina.
Entonces, si tú ordenas las figuras de tu belén sin haber estudiado las leyes de la composición, ya estás practicando —sin saberlo— una composición intuitiva.
¿Se “componía” ya en la Prehistoria?

Sí, aunque no se hablara aún de “composición”.
En las pinturas rupestres levantinas (c. 7500 a. C.) los cazadores, animales y huellas se disponen con lógica visual: grupos en V que encierran una presa, arqueros alineados para sugerir profundidad, escenas de hasta 40 figuras distribuidas con ritmo y dirección. Esa planificación —aunque intuitiva— revela ya una intención clara de guiar la mirada del espectador. [9][12][13]
Entonces… ¿intuición o composición en la Prehistoria?
Intuición guiada por la observación: los artistas rupestres no tenían tratados, pero sí experiencia visual y narrativa; organizaban figuras para narrar la caza o el ritual.
Ausencia de término, no de práctica: la palabra composición nacerá milenios después, pero la preocupación por dónde poner cada forma para contar algo es tan antigua como la imagen misma.
¿Cuándo aparece el término y cómo evoluciona?
Etapa | Uso del concepto / término |
---|---|
Roma, s. I a. C. | Vitruvio [14] emplea componere / compositio en De architectura para hablar de la “disposición regular” de un edificio. La palabra queda asociada al orden armónico de las partes. |
Talleres medievales (c. 1390) | Cennino Cennini [15] aconseja “diseñar y componer historias y figuras”, midiendo ejes y centros antes de pintar. La idea de planificar la escena antes del color entra en el arte pictórico. |
Renacimiento (1435) | Leon Battista Alberti [16] eleva la compositio a una de las tres tareas esenciales del pintor (junto a contorno y luz): unir todas las partes en un relato que atrape y conmueva. A partir de aquí, la palabra se difunde en todos los tratados europeos. |
Siglos XVI–XVIII | Autores como Giorgio Vasari [17], con sus Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos, Gian Paolo Lomazzo [18], con su Tratado del arte de la pintura y Idea del Templo de la pintura, Francisco Pacheco [19], autor de Arte de la pintura, y André Félibien [20], con sus Entretiens sobre los grandes maestros antiguos y modernos, profundizan en principios de simetría, ritmo y jerarquía visual. A partir de ellos, la composición empieza a entenderse y enseñarse como una disciplina con método. |
Edad Moderna en adelante | El término se aplica a música, literatura, fotografía o cine, pero siempre conserva su sentido original: ordenar elementos para crear un todo significativo. |
El cuerpo humano como medida para componer
En su tratado De architectura, Vitruvio explicó que la armonía de un edificio debía partir del cuerpo humano, que consideraba la medida ideal de la naturaleza. Leonardo da Vinci, muchos siglos después, quiso poner a prueba esa idea con lápiz y compás. El resultado es una de las imágenes más conocidas de toda la historia del arte: el Hombre de Vitruvio.
Con este dibujo, Leonardo no solo ilustró un pasaje técnico: convirtió el cuerpo en un punto de partida para componer el mundo. El cuadrado representa la tierra; el círculo, el cielo. Y en medio está el ser humano, cuyas proporciones dan equilibrio al todo.
En el fondo, lo que muestra esta imagen es que componer no es un capricho estético: es buscar relaciones que tengan sentido, ritmo y medida. Y ese principio sigue vigente, incluso cuando tú colocas figuras en tu pesebre.

En suma, la historia muestra un paso de la composición instintiva a la composición consciente y teorizada: de los cazadores que pintan escenas vibrantes en los abrigos levantinos a los maestros renacentistas que escriben cómo y por qué ordenar cada forma.
Entonces, si tú ordenas los elementos que tienes sobre un soporte sin haber estudiado las leyes de la composición, en realidad ya estás practicando lo que podríamos llamar una composición intuitiva.
Porque cada vez que colocas una figura, la ajustas, la giras o la alejas un poco “porque así queda mejor”, estás tomando decisiones visuales. Y eso, aunque no lo llames así, ya es componer.
El paso de la intuición al número
Durante siglos, la composición fue algo instintivo: se colocaban figuras, piedras o formas según la experiencia, el gusto o la tradición visual de cada cultura. Pero hubo un momento clave en la historia en que alguien se preguntó: ¿por qué unas proporciones nos parecen más bellas que otras?
Ese momento llegó con los pitagóricos [22], en el siglo VI a. C. Observaron que, al dividir una cuerda en proporciones simples —como 1:2, 2:3 o 3:4— se producían los sonidos más agradables. Aquello no era magia, era matemática. Y dedujeron algo revolucionario para su tiempo: la belleza nace de la armonía entre partes que pueden medirse.
Ese descubrimiento no se quedó en la música. Las mismas proporciones comenzaron a aplicarse en arquitectura: templos como los de Paestum [23]o Samos [24] muestran relaciones numéricas claras entre columnas, fachadas y espacios. La armonía ya no era solo algo que se intuía: se podía enseñar, repetir y construir.
Desde entonces, nació un nuevo camino: el de componer a partir de relaciones numéricas. Ya no se trataba solo de tener buen ojo, sino de aprender a usar proporciones que generaran orden y equilibrio. Ese fue el primer gran paso hacia lo que hoy entendemos por composición: un arte con método.
Evolución histórica de la composición
Etapa | Quién / Dónde | Aporte clave a la composición |
---|---|---|
1. Intuición observada | Prehistoria – Arte rupestre | Distribución instintiva de figuras para narrar una escena. Sin normas escritas, pero con intención visual clara. |
2. Armonía medible | Pitagóricos – Grecia (s. VI a. C.) | Descubren que las proporciones simples generan belleza. Aplican estas relaciones numéricas al arte, la música y la arquitectura. |
3. Método arquitectónico | Vitruvio – Roma (s. I a. C.) | Formaliza la idea de módulo y simetría: cada parte de un edificio debe guardar proporción con el todo. Primera teoría escrita completa. |
4. Sistema pictórico | Alberti – Renacimiento (1435) | Aplica principios compositivos a la pintura. Define la “compositio” como una de las tres tareas fundamentales del artista. |
5. Práctica belenista actual | Hoy – Creador del belén | Aunque no siempre se estudien las reglas, el belenista que ordena sus figuras con intención está componiendo intuitivamente una escena con sentido. |
Sabías que… el término “composición” ya se usaba en la música y en la retórica mucho antes de la pintura
Mucho antes de que los artistas del Renacimiento hablaran de composición en pintura, los músicos ya empleaban este término para referirse al acto de organizar varias voces o instrumentos con armonía y proporción. Un compositor no solo “inventaba” melodías, sino que ordenaba cada parte según una estructura que tuviera sentido.
Algo parecido pasaba con los oradores en Roma: tanto Cicerón como Quintiliano usaron la palabra compositio para referirse al arte de dar orden, ritmo y claridad a un discurso. Así como el pintor organiza figuras, el orador organiza ideas. En ambos casos, componer es unir partes para crear un todo armónico.
Del orden clásico al lenguaje visual moderno
Tras siglos de reglas basadas en la proporción y el equilibrio clásico, en el siglo XX surgió una nueva manera de pensar la composición. La Bauhaus (1919–1933) [25], una escuela de arte y diseño en Alemania, propuso enseñar la composición desde formas simples: puntos, líneas, planos, contrastes y ritmos visuales. La intención era clara: aprender a ver y a organizar el espacio de forma activa y consciente.
Esta herencia fue continuada en los años 50 por la Hochschule für Gestaltung de Ulm (Escuela de Ulm) [26], que desarrolló un enfoque más racional y funcional, muy presente hoy en día en el diseño gráfico, editorial, publicitario y digital.
Aunque estas escuelas no tenían nada que ver con el belén, sí nos enseñan que componer es un lenguaje visual que se puede aprender y aplicar en cualquier campo.
Como ves, desde las cuevas hasta la Bauhaus, componer ha sido siempre una forma de pensar con imágenes. Y tú, al crear tu belén, también formas parte de esa historia.
¿Por qué interesarse por las reglas de composición?
Cuando hablamos de “leyes”, “reglas” o “normas” de la composición, no pienses en algo parecido a un reglamento de tráfico o un código penal. En el arte, nadie te va a multar por no seguirlas.
Estas reglas no están para imponer ni para limitar, sino para ayudarte. Son fruto de siglos de observación y práctica: personas que, mucho antes que tú, se detuvieron a mirar, comparar, pensar y explicar por qué ciertas formas, proporciones o ritmos funcionan mejor que otros.
No son órdenes: son sugerencias inteligentes que puedes conocer, probar, adaptar o incluso romper… pero con conocimiento de causa.
Por eso, conocerlas no te quita libertad; te da herramientas. Te permite entender por qué una escena impacta más que otra, por qué algo “se ve bien” aunque no sepas explicarlo. Y sobre todo, te da opciones para decidir con más claridad qué quieres lograr con tu belén.
Y no creas que esto solo vale para el arte figurativo. En el arte abstracto —que prescinde de representar figuras reconocibles— la composición es el pilar central. De hecho, hay cuadros que se titulan simplemente Composición, porque toda su fuerza visual está en cómo están dispuestos los colores, las formas y los espacios.
Considerada una de sus obras maestras, esta pintura representa el caos y la armonía a través de formas abstractas y colores vibrantes.
Así que, si eso es así en el arte más libre y experimental, ¿por qué no iba a ayudarte también a ti?
No todas las reglas pueden aplicarse a la vez. Por ejemplo, la regla de los tercios divide el espacio en tres partes iguales, mientras que la sección áurea se basa en una proporción desigual (aproximadamente 5/8). Ambas buscan equilibrio, pero lo hacen con lógicas distintas.
Por eso es importante entenderlas, no para obedecerlas todas a la vez, sino para elegir con criterio cuál te ayuda más en cada escena.
La composición como lenguaje visual
Las reglas o leyes de composición son, en efecto, muy parecidas a conocer el significado y el uso de las palabras en un idioma. Permíteme desglosar por qué:
-
El vocabulario (las reglas):
Cada regla de composición —como la regla de los tercios, la simetría, el ritmo o el punto focal— es como una palabra con su propio significado y función en una oración visual. Conocer la “regla del tercio” es como saber que la palabra “casa” se refiere a una vivienda. -
La gramática (la aplicación):
No basta con conocer palabras sueltas; hay que saber cómo unirlas para formar frases coherentes. Igual ocurre con las reglas de composición: deben aplicarse con intención, en conjunto, para lograr armonía visual y expresividad narrativa. -
La comunicación (el objetivo):
El fin de un idioma es comunicar ideas y emociones. En el belén, el objetivo es el mismo: que tu escena “hable”, que transmita sensaciones, un mensaje o una historia. Cuanto más vocabulario visual manejes y mejor combines sus elementos, más rica será tu expresión. -
La libertad creativa (el dominio):
Cuando dominas un idioma, puedes jugar con él: hacer poesía, metáforas o romper reglas con intención. Lo mismo ocurre con la composición. Conociendo las reglas, puedes adaptarlas o subvertirlas conscientemente para dar a tu belén un estilo único, porque entiendes el efecto visual de cada decisión.
Así que: entender las leyes de composición es como aprender el vocabulario y la gramática del lenguaje visual. Y eso te permite “escribir” escenas mucho más potentes, personales y significativas.
¿Por dónde empezar a componer?
Antes de colocar una sola figura, pregúntate qué quieres comunicar. ¿Cuál es la historia que deseas contar con tu escena? Cuando tengas clara tu intención, organiza los elementos en función de ella.
No temas hacer cambios, probar distintas distribuciones y observar cómo afecta cada decisión al conjunto. La composición es, ante todo, un proceso activo de exploración.
Nadie encuentra la distribución perfecta a la primera, pero sí puedes aprender a reconocer cuándo una composición funciona y cuándo no. Esto se logra observando con atención, siendo autocrítico y desarrollando sensibilidad visual.
¿Y si aún no sabes cómo hacerlo?
No te preocupes, en próximos capítulos analizaremos en detalle técnicas y criterios concretos de composición, con ejemplos visuales que te permitirán avanzar con seguridad en la creación de escenas con alma propia.
Por ahora, recuerda esto: la composición no se limita a lo visual; también es emocional. Se trata de conectar con quien mira y hacer que perciba tu belén como una obra de arte completa, viva y significativa.
Referencias:
- ↑ [1] composició | diccionari.cat. (n.d.). (n.d.). Retrieved from https://www.diccionari.cat/GDLC/composicio?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [2] Komposition ▶ Rechtschreibung, Bedeutung, Definition, Herkunft ▶ Duden. (n.d.). Retrieved from https://www.duden.de/rechtschreibung/Komposition?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [3] COMPOSITION Definition & Meaning – Merriam-Webster. (n.d.). Retrieved from https://www.merriam-webster.com/dictionary/composition?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [4] COMPOSITION - Definition & Translations | Collins English Dictionary. (n.d.). Retrieved from https://www.collinsdictionary.com/us/english-language-learning/composition?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [5] composición | Definición | Diccionario de la lengua española | RAE - ASALE. (n.d.). Retrieved from https://dle.rae.es/composición?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [6] composición | Diccionario del estudiante | RAE. (n.d.). Retrieved from https://www.rae.es/diccionario-estudiante/composición?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [7] Définitions : composition - Dictionnaire de français Larousse. (n.d.). (n.d.). Retrieved from https://www.larousse.fr/dictionnaires/francais/composition/17751?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [8] Compoṡizióne - Significato ed etimologia - Vocabolario – Treccani. (n.d.). Retrieved from https://www.treccani.it/vocabolario/composizione/?utm_source=chatgpt.com
- ↑ [9] López-Montalvo, E. (2018). Hunting scenes in Spanish Levantine rock art: An unequivocal chrono-cultural marker of Epipalaeolithic and Mesolithic Iberian societies? Quaternary International, 472, 205–220. (n.d.). Retrieved from https://doi.org/10.1016/J.QUAINT.2018.03.016
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