—En cumplimiento del Reglamento General de Protección de Dadas de la UE—
Utilizo cookies 🍪 propias y de Google Analytics, para mejorar mis servicios y personalizar el contenido durante su navegación por mi sitio web (por ejemplo, el idioma, iniciar sesión).
Para continuar navegando y disfrutar de una experiencia personalizada, es necesario aceptar el uso de estas cookies 🍪. Al hacer clic en Aceptar 🍪, usted consiente su uso conforme a mi política de cookies.


Aceptar 🍪


×




☰ Menú

docu Motivación, intención y recursos: El punto de partida de tu belén


icon-perill Las publicaciones son como una serie:

si te pierdes el primer capítulo o te saltas el orden, te perderás el hilo 🧵


¿Por dónde crees que empieza toda obra artística? ¿Por la forma? ¿Por los colores? ¿Por una composición bien pensada?

Pues por nada de todo esto... o, al menos, no exactamente.

La motivación inicial: El motor de todo

Todo gran proyecto comienza con una chispa, y en el belén artístico esa chispa es la motivación. Sin ella, no hay energía para crear ni inspiración para superar los retos que surgen en el proceso. Es lo que te impulsa a imaginar, planificar y dar vida a tu obra.
Sin esa chispa interna, el proceso puede volverse mecánico o carecer de alma.

motivación

¿De dónde nace tu impulso?

Tal vez del deseo de transmitir un mensaje navideño, la emoción de recrear una escena que te inspire, la tradición familiar, o simplemente el reto personal de mejorar año tras año. Sea cual sea tu motivación, esta será la base que te acompañará en cada paso.

motivación

Más allá de los recursos.

No importa si eres principiante o tienes décadas de experiencia. Lo importante es saber por qué quieres hacer este belén y qué deseas contar con él. Porque el belén no es solo un conjunto de figuras: es una expresión de emociones, historias y mensajes que deseas compartir. El arte nace de múltiples lugares y que todos son válidos.

Un belén hecho con materiales sencillos pero con una fuerte motivación y un mensaje claro puede ser mucho más impactante que uno técnicamente perfecto pero sin alma.

Antes de continuar, pregúntate:

ico-nuvol ¿Por qué quiero hacer este belén?

ico-nuvol ¿Qué mensaje o emoción quiero transmitir?

ico-nuvol ¿Qué historia deseo contar?

¿Necesitamos conocer el mensaje detrás de cada escena?

Un belén, en su esencia, es una representación tridimensional de un relato.
No es solo la suma de figuras y escenarios, sino cómo todos esos elementos se unen para contar una historia coherente y emotiva.

El pesebre es una narrativa visual del ciclo evangélico en torno al nacimiento de Jesús.
Si no comprendes a fondo el guion (es decir, el relato bíblico y la tradición que lo rodea), corres el riesgo de crear una escena vacía, con errores conceptuales o que no logre transmitir el mensaje espiritual y humano que le da sentido.

Para disfrutar un belén, basta mirarlo

Su belleza, sus figuras y sus detalles pueden conmover, incluso sin conocer exactamente la historia.
Pero para comprender verdaderamente lo que esas escenas quieren comunicar, necesitamos al menos un mapa narrativo, un guion que conecte lo visual con su significado profundo.

Todos los pesebres, sin excepción, son interpretaciones.

Nadie estuvo allí para registrar el día, la hora ni el año exacto del nacimiento de Jesús. Incluso los expertos debaten hoy si ocurrió en Belén o en Nazaret.

Por eso mismo, hay muchas formas válidas de representar un belén:
puede adoptar un estilo orientalista, regional, contemporáneo o incluso abstracto.
Todas estas miradas son legítimas y enriquecen la tradición.

Pero lo que no debe perderse es el alma del relato. Ese núcleo viene de los evangelios de Mateo y Lucas. Si un belén se aleja de ese mensaje —la humildad, la esperanza, la luz en medio de la oscuridad— entonces queda en una bella escenografía… pero sin lenguaje, sin lectura, sin verdad interior.

Moraleja

Cuanto más compartamos el “código” del belenista, menos texto necesitaremos.
Pero cuanto más se difumine ese código, más necesario será el guion para que la escena siga contando su historia.

Como ejemplo sencillo pero evidente:

Puedes escuchar una melodía hermosa sin conocer su letra, y disfrutarla.
Pero cuando conoces lo que dice, su emoción se vuelve mucho más profunda.

El belén funciona igual: no necesita un guion estricto para ser bello, pero sí para que transmita la historia y el mensaje que de verdad le dan sentido.

¿Hace falta comprender el mensaje?

Para disfrutar de una obra de arte, basta mirarla o escucharla. Pero cuando entendemos lo que quiere transmitir, la experiencia se transforma.

Te invito a ver este breve fragmento de la Novena Sinfonía de Beethoven, dirigida por Herbert von Karajan. Solo con la música, sentirás la fuerza, la emoción, la belleza.

Pero si además lees la letra que se canta —la célebre Oda a la Alegría de Schiller— descubrirás una profundidad distinta. Una visión de hermandad universal, de luz, de esperanza… que ahora ya no solo se siente, sino que se entiende.

Leer la letra de Oda a la Alegría en español (Wikipedia) (Minuto 6:14 del video)

Esa es también la diferencia entre ver un belén y comprender el guion que lo inspira.

icon-llapis El arte conmueve.
Pero el arte con sentido… trasciende.


Cuando tengas clara tu motivación, tu intención y el alcance de lo que quieres expresar —si buscas simplemente crear o también trascender—, estarás listo para avanzar al siguiente paso.


La intención: ¿Qué quieres conseguir con tu belén?

Crear un belén no es solo una cuestión de técnica, también es una elección de enfoque. Aquí te presento los tres tipos más habituales:

Pesebres de tipo maqueta

Detalles por doquier.
Estos belenes son como maquetas ferroviarias o dioramas militares: complejos, ricos en elementos, pensados para mostrar habilidad técnica y creatividad constructiva.

La palabra 'figurista' no está en el diccionario
Museo del Transporte de Dresde: maqueta de tren

Sin narrativa ni guía visual.
No buscan emocionar, sino asombrar por la cantidad de detalles. La composición no es prioritaria, y la historia no siempre es clara. Aun así, su valor está en su meticulosidad.

¿Qué los hace especiales?
Su fuerza está en la acumulación, en la miniaturización del mundo. Si notas que a tu belén le falta algo que lo haga destacar… quizás sea hora de dar un paso más.

La composición artística puede marcar la diferencia.


Pesebres artísticos figurativos

Emoción, luz y mensaje.
En este tipo de belén, cada figura, color y luz está al servicio de una historia. Todo se ordena para generar un impacto emocional y espiritual.

Belen napolitano
Detalle del Belén napolitano del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, una obra maestra del siglo XVIII que representa el esplendor de la tradición belenística napolitana durante el Barroco. La escena captura la emotividad y el realismo de las figuras, con elaborados detalles arquitectónicos y una rica ambientación que refleja la vida cotidiana de la época.

Inspiración evangélica y cultural.
El centro suele ser el Niño Jesús, pero no está solo: lo acompañan decisiones artísticas pensadas para que el espectador no solo mire, sino sienta y reflexione.

¿Qué encontrarás en este manual?
Te mostraré cómo construir este tipo de belenes: con intención, con alma, y con los principios de la composición artística como aliados.


Pesebres artísticos conceptuales o contemporáneos

Una idea por encima de la forma.
Algunos creadores utilizan el belén para plantear un concepto —social, poético o provocador— y eso puede llevarles a priorizar el impacto simbólico sobre la fidelidad formal. Sin embargo, siguen apoyándose en los recursos de la composición (ritmo, escala, luz, color) para que la idea se entienda, del mismo modo que un pesebre artístico figurativo emplea el concepto de Encarnación para dar sentido a su dramaturgia visual.

Colour Nativity
Natividad en color - Nacimiento contemporáneo que utiliza el poder del color para comunicar. Obra de Sebastian Bergne. Fotografía: Sebastian Bergne

Concepto hay en todos los belenes.
Los pesebres de tipo maqueta giran en torno a la idea de la miniaturización exhaustiva; los artísticos figurativos, a la del relato evangélico y la emoción estética; los artísticos conceptuales, a una tesis más abstracta. La diferencia no es la presencia o ausencia de concepto o composición, sino qué se subraya y con qué fines.

Nuestro foco en este manual.
Nos centraremos en los pesebres artísticos, donde composición y concepto trabajan juntos para transmitir el misterio de la Natividad con belleza y coherencia narrativa.

icon-perill “Figurativo” no es sinónimo de “realista”.

El figurativismo abarca desde el realismo más escrupuloso hasta la caricatura o el expresionismo: cualquier forma reconocible pertenece al arte figurativo. Por tanto, un pesebre artístico figurativo puede jugar con idealización, simplificación o dramatización, siempre que las figuras sigan siendo identificables.


El presupuesto: Los límites de lo posible

Comme-Sisyphe-Honoré-Daumiere
Caricatura del mito de Sísifo subiendo un presupuesto por la ladera de una montaña. (Comme Sisyphe, de Honoré Daumier, 1869, Museo Brooklyn)

Nadie lo cuenta, quizás porque se da como obvio, pero es básico; por lo tanto, un manual de belenismo lo ha de explicar, sobre todo para los que empiezan en el mundo del belenismo. El presupuesto es el eje que condiciona todo el proceso creativo. Desde la selección de figuras hasta el diseño del soporte, todo depende de cuánto estás dispuesto o puedes invertir. Lejos de ser un obstáculo, el presupuesto es una herramienta que te ayuda a tomar decisiones realistas y a priorizar lo esencial.

Tener claro tu presupuesto desde el principio es clave para evitar sorpresas o frustraciones más adelante. No importa si es grande o pequeño, lo importante es saber cómo distribuirlo:

ico-nuvol ¿Quieres invertir más en figuras o en materiales para el soporte?

ico-nuvol ¿Puedes aprovechar elementos que ya tienes en casa o ir al campo, bosque o playa en busca de elementos? (Recuerda que el musgo, algunas plantas o piedras volcánicas están prohibidos recogerlas)

ico-nuvol ¿Es posible reutilizar o reciclar materiales de años anteriores?

Un presupuesto limitado no significa que no puedas crear algo especial. De hecho, los recursos ajustados suelen despertar la creatividad, invitándote a explorar soluciones ingeniosas, como usar materiales económicos, modelar tus propias figuras, o aprovechar decoraciones recicladas.

Además, es importante ser consciente de las prioridades. Quizás este año puedes centrarte en adquirir figuras básicas y dejar los complementos para futuras ocasiones. El belén es un proyecto que crece con el tiempo y no necesita estar completo en una sola Navidad.

Gestión y optimización del presupuesto

Para un control más efectivo, considera:

  1. Desglose de costes:
    • Costes fijos/iniciales: Herramientas básicas (cutter, pegamento, pinceles, etc.), aunque muchos ya los tengan.
    • Costes de materiales de construcción: Corcho, porexpan, escayola, pinturas, serrín, cola, etc.
    • Costes de figuras: Esto puede variar enormemente (de escultor belenista, de taller, comerciales, de diferentes tamaños, etc.).
    • Costes de iluminación: Cables, bombillas, transformadores, efectos especiales (agua, humo).
    • Costes de decoración: Musgo artificial, árboles, plantas, animales, accesorios.
    • Costes "ocultos" o de transporte: Si hay que ir a varias tiendas especializadas, buscar elementos, etc.
  2. Estrategias de ahorro:
    • Lista de deseos vs. lista de necesidades: Animar a priorizar qué es imprescindible para la visión del belén de ese año y qué puede esperar.
    • Investigación de precios: Sugerir comparar precios en diferentes tiendas (físicas y online), mercadillos, tiendas de manualidades.
    • Compras escalonadas/Ofertas: Adquirir materiales fuera de la temporada navideña, cuando suelen aparecer descuentos. También conviene buscar figuras en portales especializados en subastas, ya que pueden ofrecer buenas oportunidades.
    • Intercambio o préstamos: Si es una asociación o grupo, la posibilidad de compartir o prestar elementos entre belenistas. Normalmente, todas las asociaciones tienen todos los materiales que vas a necesitar, incluso las figuras. Te aconsejo que te hagas socio de la asociación de tu zona.
    • Autoproducción/DIY (Do It Yourself): Si te animas a modelar tus propias figuras, descubrirás no solo una excelente forma de reducir costes, sino también una libertad creativa total.
  3. La inversión de tiempo: un recurso invaluable
    • Aunque no es dinero directamente, el tiempo que se invierte en buscar materiales económicos, reciclar o fabricar elementos tiene un valor. Puede que no sea un costo económico, pero sí una inversión de tiempo personal. Sí, el pesebre que te ha motivado es impracticable con el tiempo que dispones, mejor que te lo reflexiones, porque o pasarás noches en vela o no llegarás a inaugurarlo por Navidad.
    • ¿Cuánto tiempo realista puedes dedicar a este proyecto cada semana?" o
    • "¿Qué nivel de complejidad es manejable dentro de tus plazos?

Recuerda, el verdadero valor de un belén no está en cuánto cuesta, sino en la pasión y dedicación que le pones. Con un presupuesto definido, estarás listo para abordar los próximos factores con claridad.

icon-llapis El arte también florece en macetas pequeñas, dado que para emocionar, contar algo no depende del tamaño ni del costo.

El lugar de exposición de tu pesebre

El sitio donde mostrarás tu belén es un factor clave que influye en prácticamente todas las decisiones creativas. ¿Será un rincón en casa, un espacio amplio en una sala abierta al público, o en una exposición de dioramas de tu asociación belenista, o ...? Cada opción tiene sus propias limitaciones y posibilidades.

Al elegir la ubicación, considera los siguientes aspectos:

icon-llapis  Estas recomendaciones se ampliarán más adelante, cuando tratemos cada tipo de pesebre en profundidad. Según el enfoque —encuadre múltiple o encuadre único—, las decisiones sobre el lugar y su adecuación requieren matices distintos.

Recuerda que el lugar no solo condiciona el tamaño y diseño del belén, sino que también afecta cómo será percibido por quienes lo vean. Es fundamental adaptarte al espacio disponible para que tu obra brille en todo su esplendor.

Una vez que tengas claro dónde lo ubicarás, estarás listo para planificar el soporte que dará estabilidad y estructura a tu creación.


El soporte: Donde se apoya la escena

En todas las artes plásticas, la obra necesita un soporte: algo físico donde nacer, tomar forma y ser contemplada. El pintor tiene el lienzo, la tabla o el muro. El fotógrafo, el dibujante o el grabador cuentan con distintos papeles. El teatro, la ópera, el ballet... todos se construyen sobre un escenario. El cine, en cambio, sobre un disco duro y una pantalla.

En el belén también hace falta un soporte, y no hay uno único. Según la intención y el tipo de encuadre, puede variar mucho: desde el suelo directamente hasta una repisa, una mesa, un bastidor o una estructura elevada.

Quiero compartir una anécdota que leí de un coleccionista de figuras de pesebre.
Se refería al diorama —una modalidad de belén diseñada para ser contemplada solo desde el frente, como si se tratase de observar una pintura en volumen, enmarcada por una embocadura o ventana escénica— con estas palabras:

“Es la esquela por la defunción del diorama. Lo que me cansa del diorama es la imposición del punto de vista... PORQUE TODO ES COMO UN DIORAMA, porque has de ver la realidad como le interesa al titiritero, al creador, al político, al profesor: un solo punto de vista, una sola idea, un tipo detrás diciéndote lo que has de mirar y cómo mirarlo, y el resto, a seguir las instrucciones con un respeto servil, ‘con estupor y temblores’ (Amélie Nothomb). Y ni un comentario fuera del manual de instrucciones, de resistencia o de revuelta, o como se diga. ... El DIORAMA no lo refleja, porque no es dinámico, es estático, y es CONFORMISTA porque no le puedes añadir interpretaciones. Decididamente, me paso a las fallas.”

Más allá de si esta visión es acertada o no —y sabiendo que quien la escribe nunca ha construido un diorama por falta de pericia, motivación y voluntad—, plantea una cuestión interesante: ¿es el soporte un límite o una posibilidad?

Toda obra artística necesita una estructura, un marco, un lenguaje para expresarse. Decir que una pintura al óleo impone una sola mirada sería tan injusto como decir que todo cine es manipulación por mostrarte solo un encuadre.

Las meninas
Las meninas. Obra maestra de Velázquez. (Museo del Prado, Madrid, 1656)
Soporte: La obra está pintada en un lienzo formado por tres bandas de tela cosidas verticalmente, 320,5 cm × 281,5 cm.

No se trata de eliminar el soporte, sino de usarlo con conciencia. Comprender que el soporte condiciona, sí, pero también ofrece. Como artista, tú decides cómo usarlo. Como espectador, tú decides cómo leerlo.

Decir que el creador es "un tipo detrás diciéndote lo que has de mirar y cómo mirarlo" trivializa por completo la labor artística, y reduce su función a la de un manipulador o adoctrinador. Llamarle titiritero implica que el espectador es una marioneta sin criterio, y que el artista es un tramoyista anónimo con intenciones sospechosas.

Eso no solo irrespetuoso, es injusto, sino que demuestra una visión empobrecida del arte. Un artista propone una mirada, no la impone. El espectador es siempre libre de interpretarla, dialogar con ella, rechazarla o ampliarla. Pero toda obra necesita una composición, una elección, un punto de vista. No existe obra sin autor, ni arte sin mirada.

La cita de "con estupor y temblores" de Amélie Nothomb es claramente una añadidura retórica, no una parte necesaria del razonamiento. En el contexto original de la novela Estupor y temblores, esa expresión refleja la actitud reverencial que una joven occidental debe adoptar en una empresa japonesa extremadamente jerárquica.

Y por último: las fallas —a las que este coleccionista dice “pasarse”— también nacen de una mirada concreta. No son neutras. Tienen un guion, un autor, una intención satírica o crítica. Y si bien las fallas están destinadas a arder —de ahí su nombre—, el belén no lo está. El pesebre se crea para conmemorar el nacimiento de Jesús, para celebrar un mensaje que merece perdurar en nosotros cada año.

icon-llapis Cuando alguien escribe que “todo es como un diorama” porque hay “un tipo detrás diciéndote lo que has de mirar y cómo mirarlo”, ¿no está, sin querer, deslegitimando también la palabra de Jesús?

Él también fue maestro, predicador, pastor. Propuso un mensaje, marcó una dirección, enseñó un camino. Si llevamos al extremo esa sospecha hacia todo encuadre, hacia todo punto de vista, acabamos rechazando incluso las enseñanzas del Evangelio, solo por el hecho de tener un autor.

Hay que distinguir entre imponer y proponer. Jesús no manipulaba: ofrecía. Y el arte, como su palabra, no obliga: llama, sugiere, inspira. Lo peligroso no es que haya alguien que nos proponga una mirada, sino que dejemos de confiar en que mirar juntos puede transformar el mundo.

El Sermón de la montaña
El Sermón de la montaña.. Obra de Carl Heinrich Bloch, (1877) conservada en el Nationalhistoriske Museum på Frederiksborg Slot, Castillo de Frederiksborg, Dinamarca.
El Sermón de la montaña fue, de acuerdo con el Evangelio de Mateo, una predicación ofrecida por Jesús de Nazaret a sus discípulos y a una gran multitud (Mt 5:1; 7:28). Su parte más conocida sea la de las Bienaventuranzas, que se encuentran al comienzo. También contiene el Padrenuestro, así como la versión de Jesús de la Regla de oro.

La queja del coleccionista, aunque válida como expresión de una incomodidad meramente personal, no debe confundirse con una verdad universal sobre la naturaleza del arte o del diorama. Su visión parece nacer de una resistencia a la estructura o a la interpretación ajena, más que de una comprensión profunda de cómo funciona la creación y la recepción artística.

Lo más preocupante es que su discurso fue aplaudido sin matices. Nadie lo cuestionó. Solo yo expresé una opinión contraria, y su respuesta fue un ataque directo. Abandoné la discusión… y esta fue una de las últimas gotas que colmaron el vaso para abandonar definitivamente el foro.
Establecer límites, lejos de ser señal de debilidad, inmadurez o egoísmo, es una muestra de madurez e inteligencia emocional, de respeto por uno mismo y de compromiso con aquello que uno quiere construir.

icon-llibre “El que engaña encontrará siempre a alguien que se deje engañar.”
—Nicolás Maquiavelo (fue un diplomático, autor, filósofo político y escritor italiano, considerado el padre de la filosofía política moderna y de la ciencia política.)

icon-llapis En el arte —también en el belenismo— no basta con repetir lo que otros aplauden. Pensar con criterio, disentir con respeto y defender el sentido profundo de lo que hacemos es parte de nuestra responsabilidad como creadores.



El soporte como aliado de la libertad creativa

El soporte no es un enemigo de la libertad artística, sino una de sus condiciones de posibilidad. La clave está en la conciencia y creatividad con la que se utiliza. El arte es un acto de comunicación. Requiere de un emisor (el artista), un mensaje (la obra) y un receptor (el espectador). El soporte es simplemente el medio a través del cual ese mensaje viaja. La riqueza reside en la interacción y la libertad de interpretación, no en la ilusión de una neutralidad imposible.

No trataremos todos los soportes ahora, porque dependen del tipo de pesebre que quieras realizar. Cuando abordemos cada tipo en profundidad, trataremos también qué tipo de soporte se adapta mejor a sus necesidades técnicas, narrativas y compositivas.




Las figuras: Presencia imprescindible antes de componer

Las figuras son el corazón del belén. Sin ellas —aunque fueran formas abstractas, vacíos o simples sugerencias—, no existiría propiamente un belén. En los belenes artísticos, son mucho más que un complemento: son el punto de partida visual y narrativo.

Porque sin figuras no hay belén. Hay paisaje, hay escenografía… pero no hay relato.

¿Antes, la escena o las figuras?

¿Empiezo diseñando el escenario y luego busco las figuras que encajen, o primero necesito tener las figuras y luego creo la escena?

En los belenes artísticos, lo más recomendable es tener las figuras antes de componer.

¿Por qué?

Porque las figuras determinan muchas cosas:

Figuras propias, prestadas, encargadas o compradas

Tienes varias formas de contar con figuras, cada una con ventajas y limitaciones: